El 16 de mayo de 1960, el ingeniero Theodore Harold Maiman produjo el primer rayo láser en los Laboratorios de Investigación Hughes, en California, Estados Unidos, que logró con cristal de rubí rosa bombeado por una lámpara de flash.
El láser (Amplificación de la Luz por Emisión Estimulada de Radiación, por sus siglas en inglés) utiliza los principios que desarrolló Albert Einstein en 1916, basado en los conceptos de emisión espontánea e inducida de radiación, por los cuales un fotón o partícula de luz provoca que un átomo excitado emita un fotón idéntico.
La estructura básica de un láser está integrada por tres elementos principales: una cavidad óptica resonante que sirve para mantener la luz circulando en el medio activo el mayor número de veces; el medio activo, que es el material donde se produce la amplificación óptica; y el bombeo, que es imprescindible para que el medio activo pueda amplificar la radiación excitando sus niveles electrónicos.
Tras el primer rayo láser, en la actualidad se usa en numerosas aplicaciones, como en lectores de código de barras, en los dispositivos de lectura de CD´s o DVD´s, en aparatos médicos que corrigen miopías o acaban con algunos cánceres, en corte y soldadura y en la transmisión de la información por medio de fibras ópticas.