Con una longitud de mil 280 km, el 20 de junio de 1977, el Oleoducto Trans-Alaska (SOTA) comenzó el transporte de hidrocarburos a lo largo de toda la península de Alaska. Se construyó entre 1969 y 1977; el primer oleoducto se colocó el 27 de marzo de 1975 y se terminó la construcción con la instalación de la última soldadura en la Estación de Bombeo 3, cerca de Atigun Pass, el 31 de mayo de 1977.
Muchos fueron los retos que se enfrentaron para su construcción, como fueron las manifestaciones de ecologistas y pobladores por los daños al medio ambiente; los climas extremos e incluso los animales salvajes, por lo que los trabajadores contaban con seguridad armada para su cuidado.
Otros retos a los que se enfrentaron fue la resistencia del oleoducto a terremotos, a causa de la Falla Denali, para ello se diseñaron deslizadores recubiertos de teflón que permiten el movimiento de la tubería de lado a lado, esto la protege de golpes entre sí y permite su expansión térmica. La tubería no se diseñó en línea recta, sino en forma de S; asimismo, debido a que la mayor parte de la tubería se construyó sobre permafrost, cada una de las tuberías que sostenían las secciones elevadas contenía un tubo sellado de amoniaco.
El SOTA se diseñó con sistemas complejos, como la instalación de válvulas unidireccionales, la detección de fugas por computadora; además, la tubería fue diseñada para ser presurizada, por lo que cualquier fuga es detectada por la pérdida de presión en alguna de las tuberías de sus estaciones de bombeo, lo que hace sonar una alarma y detiene el flujo de aceite de manera inmediata.
Se trata de una extraordinaria obra de ingeniería.