Se prevé que el gas natural y el petróleo proporcionen casi el 50 % de la energía mundial en 2050. Estados Unidos es el principal productor mundial de esos combustibles y, con las políticas correctas de Washington, debe defender un camino confiable que aborde directamente los desafíos energéticos actuales, afirmó Mike Sommers, presidente y CEO del American Petroleum Institute.
Pero primero debe haber una corrección de rumbo. Las luchas energéticas de Europa muestran lo que puede suceder cuando los países confían demasiado y muy pronto en fuentes de energía aún en desarrollo y en energía de regiones inestables, porque se alejan de los recursos confiables de gas natural y petróleo, precisó.
Se necesita un enfoque energético más realista, en el que se priorice el gas natural y el petróleo estadounidenses abundantes, como un activo estratégico a largo plazo, una base para el crecimiento económico y una seguridad energética fortalecida, hoy y mañana, aseguró.