
En 1991, el Instituto Mexicano del Petróleo, en colaboración con el Laboratorio Nacional de Los Álamos y centros e institutos de investigación nacionales, participó en un proyecto importante del Estudio Global de la Calidad del Aire en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (EGCA), en respuesta a los objetivos, políticas y lineamientos establecidos en el Plan Nacional de Desarrollo y programas nacionales de modernización energética y tecnológica.
Este proyecto, que tenía el objetivo de desarrollar herramientas y metodologías de vanguardia, facilitó la toma de decisiones y la elaboración de estrategias para el mejoramiento de la calidad del aire en la Ciudad de México.
Entre esa metodología destacó el modelamiento y la simulación computacional de la dinámica atmosférica del Valle de México, la dispersión y las reacciones químicas y fotoquímicas de los contaminantes presentes en ella, la caracterización y monitoreo de la atmósfera metropolitana y el desarrollo de metodologías para la evaluación socioeconómica de las medidas técnicas que podrían demostrar un impacto ambiental favorable.