Las aportaciones a la industria nacional de hidrocarburos que el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) ha logrado, se deben en gran medida a su infraestructura de plantas piloto, microplantas y escala de banco orientada a la evaluación de procesos y tecnologías de catalizadores, propios y de terceros.
El trabajo experimental de plantas piloto permite el estudio y desarrollo de procesos de refinación, petroquímica y tecnologías alternas en equipos diseñados a menor escala para representar procesos industriales. Previo a plantas piloto, en la etapa de escala de banco la investigación adquiere carácter tecnológico, orientado a la conformación de las unidades experimentales.
Esta infraestructura ha permitido al IMP desarrollar catalizadores de uso industrial en plantas de proceso de Pemex. De igual manera, numerosos casos de éxito se han obtenido tanto a nivel nacional como internacional; tal es el caso de la aplicación de la metodología en la Refinería Talara en Perú que, entre otros beneficios, proporcionó mayor rentabilidad de las unidades de desintegración catalítica (FCC, por sus siglas en inglés).