El 24 de noviembre de 1974, el paleontólogo estadounidense Donald Johanson y su equipo descubrieron el esqueleto fosilizado de una Australopithecus afarensis de 3.2 millones de años de antigüedad, a 159 kilómetros de Adis Abeda en Etiopía a la que llamaron Lucy.
Este hallazgo fue fundamental para la historia de la antropología y paleontología, ya que es el primer miembro notoriamente humano del árbol genealógico de los primates. Su descubrimiento destaca por ser un esqueleto joven femenino muy bien conservado, que permitió el estudio y avance de la teoría evolutiva.
Se trata del esqueleto casi completo de 52 huesos de un homínido hembra de 1.10 metros de altura, de 27 kilogramos de peso en vida, que aparentemente tuvo hijos y según un análisis dental, tenía 20 años al momento de morir.
Perteneciente a una especie bípeda, distinta al Homo sapiens, Lucy caminaba erguida sobre dos patas, su cerebro era pequeño y tenía una gran dentadura. Estudios robóticos sugieren que no solo era caminante, también era arborícola.
Su nombre proviene de la canción Lucy in the sky with diamonds, de los Beatles, que los investigadores escuchaban al momento del hallazgo.