El 21 de febrero de 1926 falleció el físico y profesor holandés, Heike Kamerlingh-Onnes, descubridor del fenómeno de la superconductividad y galardonado con el Premio Nobel de Física en 1913 por sus investigaciones sobre la materia a bajas temperaturas que permitieron el estudio del helio líquido.
Reconocido por su trabajo en criogenia, o estudio de la producción y los efectos de temperaturas extremadamente bajas, consiguió la licuefacción del helio en 1908 (transformación de una sustancia que, sometida a diferentes presiones y temperaturas, pasa del estado gaseoso al líquido) y desarrolló la escala Leiden, una escala de temperatura para valores por debajo de -183°C.
En 1911 descubrió el fenómeno de la superconductividad al observar que metales puros como el mercurio, plomo, litio y titanio no presentaban resistencia eléctrica a temperaturas cercanas al creo absoluto; es decir, bajo ciertas condiciones, algunos metales conducían corriente eléctrica sin resistencia ni pérdida de energía.
Descubrimiento que, entre otros usos, es utilizado en motores de propulsión para barcos y aerogeneradores o en escáneres para uso médico y en reactores nucleares.