En 1986, el IMP concluyó un prototipo de la microcomputadora IMPETRON CDU-10, precedida por el desarrollo de los prototipos IMPETRON e IMPETRON II, los cuales se utilizaron para la automatización y captura de datos en procesos petroquímicos, control de procesos industriales y automatización del equipo analítico.
Estos progresos computacionales, en conjunto con los del SIMPER, un simulador de rigurosidad media que realizaba balances globales de esquemas de refinación y calculaba parámetros de rentabilidad económica, contribuyeron a que Pemex sustituyera parcialmente los servicios que contrataba con empresas privadas.
Este desarrollo de simulación, que resultó útil en proyectos estratégicos dentro de la planeación del Sistema Nacional de Refinerías, con inversiones de 340 a mil 800 millones de dólares, incluía desde la fase de planeación de plantas nuevas hasta la programación de una refinería existente.