El 6 de octubre de 1927 se estrenó en Nueva York la primera película sonora, El cantante de jazz, producida por Warner Bros Pictures, dirigida por Alan Crosland y protagonizada por Al Jolson, intérprete blanco de jazz, quien con la cara pintada de negro actuó como el cantante, pues en ese tiempo la discriminación racial era mayor.
Este largometraje marcó un antes y un después en el cine, ya que tiene música, efectos y diálogos, gracias al Vitaphone, técnica creada por Bell Telephone Laboratories y Western Electric y adquirida por la Warner Bros, que consistía en sincronizar y grabar sonidos sobre un disco.
Inicialmente, Al Jolson solo interpretaría canciones pero al finalizar una improvisó, dijo: “Esperen un minuto, esperen un minuto, todavía no han oído nada”. Así fue, a partir de entonces comenzaron las películas con diálogos sincronizados.
En ese mismo año de 1927, la película ganó el Oscar Premio Especial en honor a los logros científicos y técnicos porque que revolucionó al cine. En 1996, se incluyó a El cantante de Jazz en el Registro Nacional de Cine de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, por su importancia en la evolución de las películas.