Conductas constitutivas de violencia de género

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Para prevenir caer en conductas constitutivas de violencia de género hay que conocer los siguientes términos:

Misandria o misoandria (del griego miso: que odia, y andrós: varón) es un término que hace referencia al odio o aversión hacia los varones o la tendencia ideológica o psicológica que consiste en despreciar al varón como sexo, y con ello todo lo considerado como masculino.

La misandria puede manifestarse de diferentes maneras, incluye denigración, discriminación, y violencia contra el varón. En pocas palabras, es el homólogo sexista de la misoginia. La existencia de ese término en el diccionario responde a una realidad que no se aborda con frecuencia: la violencia y la discriminación de género también se ejerce contra los hombres, aunque su dimensión no sea comparable con el alcance de las injusticias que genera la misoginia.

Misoginia. La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en el artículo 5, fracción XI describe la misoginia como: “…conductas de odio hacia la mujer y se manifiesta en actos violentos y crueles contra ella por el hecho de ser mujer”.

La palabra misoginia proviene de dos voces griegas: miso y gyne que significan detestar a la mujer. Se usa para referirse a creencias o expresiones emocionales, psicológicas e ideológicas de odio hacia las mujeres y a lo femenino.

La misoginia prevalece en culturas o sociedades que consideran a las mujeres inferiores a los hombres, y les atribuyen un rol centrado en la reproducción de la especie humana, en el cuidado de hijos/as y en el hogar. Por ello, redunda en prácticas de subordinación, sometimiento, violencia e incluso crímenes contra las mujeres.

Androfobia. Temor obsesivo experimentado hacia los varones que puede constituir una enfermedad.

Hembrismo. Discriminación sexual, de carácter dominante, adoptada por mujeres.

Homofobia. Rechazo, discriminación, invisibilización, burlas y otras formas de violencia basadas en prejuicios, estereotipos y estigmas hacia la homosexualidad o hacia las personas con orientación o preferencia homosexual, o que son percibidas como tales. Puede derivar en otras formas de violencia como la privación de la vida, que puede ser tipificada como crimen de odio por homofobia. Su uso se ha extendido al rechazo a las orientaciones sexuales e identidades de género no hegemónicas, en general; sin embargo, esto ha contribuido a invisibilizar las distintas formas de violencia que viven lesbianas, personas trans, bisexuales e intersexuales.