El 11 de agosto de 1858 nació el médico holandés Christiaan Eijkman, cuyas investigaciones se enfocaron en encontrar el agente causante del beriberi, enfermedad causada por la deficiencia de tiamina en el organismo (vitamina B1), que en 1929 lo llevó a compartir con Frederick Hopkins el Premio Nobel de Fisiología y Medicina.
Sus trabajos para encontrar el agente causante del beriberi, una enfermedad epidémica muy extendida por todo el sur de Asia, lo llevaron a descubrir que esa enfermedad no tenía una causa infecciosa, si no que se debía a la falta de ciertas sustancias no conocidas, que más tarde serían llamadas vitaminas, es decir por una deficiencia alimentaria.
Sus estudios posteriores permitieron determinar que la deficiencia de vitamina B1 puede causar la aparición del beriberi.
De esta forma se dio el primer paso en la identificación de otras avitaminosis o enfermedades causadas por la deficiencia de ciertas vitaminas en la dieta, como el raquitismo por falta de vitamina D y el escorbuto por deficiencia de vitamina C.