Como producto del trabajo que se realiza, se puede perder el equilibrio y llegar al punto de un agotamiento físico y emocional, que afecta la forma de funcionar y de rendir en la labor diaria.
El agotamiento prolongado de energía se caracteriza por cansancio emocional, sentimientos de baja realización personal e insuficiencia, así como despersonalización. La respuesta sintomática es similar a la depresión, produce malestares físicos diversos, así como disminución en la motivación e involucramiento en el trabajo.